Las mentes inquisitivas a menudo han querido conocer la distinción entre un líder y un jefe. “La gente pregunta la diferencia entre un líder y un jefe. El líder guía, y el jefe impulsa” (Roosevelt).
O tal vez has sido motivado por un gerente que ha caminado contigo a lo largo del camino del éxito mientras guía cada uno de tus movimientos, inspirándote a ser todo lo que puedes ser. Roosevelt resumió esta diferencia bastante bien cuando dijo: “La gente pregunta la diferencia entre un líder y un jefe. El líder guía, y el jefe impulsa.”
¿Qué quiso decir Roosevelt?
Esta cita parece simple a primera vista, pero si profundizamos encontraremos más abajo. Ya sea por su carrera política, su trabajo en conservación o simplemente su estilo de vida aventurero, Roosevelt siempre fue visto como un líder. Lo que es significativo sobre liderar en lugar de impulsar a las personas se enfatiza así.
Un Jefe Impulsa
Piense en supervisores que consideran a sus empleados meramente como instrumentos para realizar el trabajo. A menudo emiten órdenes en lugar de dar orientación, aplicando reglas de manera rígida y enfocándose principalmente en los resultados a expensas de la moral del personal. Esto puede crear una atmósfera de estrés donde la creatividad y la innovación son reemplazadas por miedo y cumplimiento.
Un Líder Guia
Sin embargo, hay otros tipos de líderes – aquellos que inspiran a los miembros del equipo. Caminan con ellos todos los días mostrándoles cómo se deben hacer las cosas para obtener excelentes resultados, valorando sus opiniones y teniendo en cuenta sus necesidades. También ayuda a construir rapport, lo que eventualmente crea una situación positiva donde todos se sienten importantes al hacer contribuciones.
Lecciones que Podemos Aprender
Los líderes enfatizan la empatía; escuchan los puntos de vista de los demás para fomentar retroalimentaciones que ayuden al crecimiento personal entre los miembros del equipo. Esto no solo aumenta la moral, sino que también mejora la eficiencia y la lealtad.
Los líderes no simplemente dicen a sus subordinados qué hacer; más bien, les muestran por qué necesitan actuar de ciertas maneras. Por lo tanto, los líderes no deben solo ofrecer instrucciones o prescripciones, sino en su lugar proporcionar visiones bajo las cuales los trabajadores encajan en sus actividades. Esto les hace sentir como una parte integral de la organización, nutriendo así la satisfacción laboral y aumentando la productividad.
La colaboración es clave. Los líderes colaboran con sus equipos, escuchando las ideas de cada miembro. Cuando existe tal espíritu, hay más posibilidades de encontrar mejores soluciones y un espíritu de equipo más fuerte.
Un líder construye confianza, creando un ambiente seguro para tomar riesgos y cometer errores. Esto contrasta con los jefes que podrían usar el miedo como herramienta para mejorar el rendimiento, resultando en altas tasas de rotación debido a que la creatividad se ve sofocada.
Piense en su jefe como ese sargento de instrucción que constantemente grita: “¡Haz esto! ¡Haz aquello! ¿Por qué no está esto hecho todavía?” Pero cuando piensa en su líder como un entrenador o mentor experimentado que dice cosas como: “Vamos a resolver esto juntos. ¿Qué puedo hacer para ayudarte a tener éxito?”. Por un lado, el primer escenario puede llevar a la finalización de tareas a corto plazo; sin embargo, no contribuye al éxito y la satisfacción a largo plazo como lo hace la segunda opción.
Conclusión
En palabras de Theodore Roosevelt, la diferencia entre un líder y un jefe es significativa y poderosa. Los líderes lideran con el ejemplo; inspiran a sus empleados mientras trabajan junto a ellos, mientras que los jefes suelen manejar a las personas de manera autocrática. Podemos utilizar esta cita al navegar por nuestras carreras o incluso al ser líderes nosotros mismos, para desarrollar políticas de personal más efectivas basadas en la humanidad en lugar de explotar a las personas solo para fines laborales.
“¿Estás liderando o dirigiendo?”, pregúntate la próxima vez que te encuentres en una posición de autoridad y recuerda que la empatía es fundamental para convertirte no solo en un jefe, sino también en un verdadero líder.